viernes, 25 de noviembre de 2016

6 historias de dioses mitológicos sólo para adultos

Muchas veces, cuando leemos las historias de dioses mitológicos antiguos, nos asombramos de que sean algo distintas a las que nos contaron en la escuela. Claro que si leemos las Metamorfosis de Ovidio –que han existido chicos más supercuriosos que otros, gracias a Dios–, nos daremos cuenta de que las historias están contadas como son, con todos los detalles que hoy consideraríamos “para adultos”, no aptos para chiquillos.

Una tontería mojigata, por supuesto, pero que ha permanecido entre nosotros durante demasiado tiempo. Te presentamos estas historias de dioses mitológicos sin censura.

6 historias de dioses mitológicos sólo para adultos

1. Horus y Set, dioses violados y embarazados

Una historia bastante extraña, y viene de Egipto. Resulta que la llegada de Horus al trono no hizo muy feliz a Set, quien había luchado y asesinado a Osiris, padre de Horus, por el puesto. Se le ocurrió un plan para arrebatarle a su sobrino el derecho de gobernar, y así Set decidió atacar sexualmente a Horus durante la noche, para arruinar a su sobrino.

Entre los egipcios, como en otras culturas orientales, las relaciones homosexuales eran aceptadas para el homosexual activo (asociado a lo masculino), pero no para el pasivo (asociado a lo femenino), por lo que el acto de Set sería una humillación para Horus.
Al día siguiente, aconsejado por Isis, su madre, Horus recogió el semen de Set y lo colocó sobre la comida favorita del tío, lechugas, y éste se lo comió sin darse cuenta. Cuando se presentaron ante los jueces para discernir a quién pertenecía el trono, los magistrados convocaron al semen para verificar la fecundación, y todos quedaron sorprendidos al encontrarlo en el estómago de Set. Horus, claro está, fue exonerado y Set deshonrado.

2. Los romanos adoraban a un falo con alas

Era un dios, personificación de la magia y la religión de la antigua Roma. Plinio el Viejo lo llamaba medicus invidiae, es decir, un remedio para la envidia o el mal de ojo. Se refería a Fascino, una deidad que protegía a los guerreros de la envidia. Los generales colocaban bajo sus carros un pequeño amuleto, que representaba a un falo alado, como protección, y en general, la gente lo llevaba como una suerte de talismán.
Las vestales también guardaban el culto a Fascino, y san Agustín relata que la imagen fálica era llevada en procesión todos los años en la fiesta del Liber Pater –el dios romano identificado con Dioniso– para proteger los campos del fascinatio (es decir, de los embrujos, hechizos o encantamientos).

3. Los centauros, la lucha entre la barbarie y la civilización

Los centauros, criaturas con torso, brazos y cabeza humanos y cuerpo y patas de caballo, fueron hijos del dios Ixión con Néfele, una ninfa-nube a quien Zeus dio la forma de Hera, ya que Ixión quería violarla.
Uno de estos centauros, Neso, en un acceso de lujuria, intentó violar a Deyanira, la esposa de Hércules. Éste, que lo vio de lejos, le lanzó una flecha envenenada al pecho, pero Neso, en un último acto de maldad, le dijo a Deyanira que su sangre serviría como una poción de amor y que de usarla en Hércules aseguraría su fidelidad para siempre. Claro que antes había que mezclarla con el semen de Neso… Eventualmente, cuando Deyanira perdió la confianza en Hércules, colocó en su túnica la sangre de Neso con la idea de que funcionara aquella poción, pero significó la muerte lenta y dolorosa del héroe, pues la túnica le quemó la piel.

4. Loki, que hizo reír a Skadi

Traemos una de las historias de dioses mitológicos nórdicos, que no habíamos hablado de ellos. Skadi, diosa del invierno y cazadora con arco, era hija del gigante Thjazi, que fue asesinado por los Æsir, los dioses germánicos.
Cuando fue a Asgard buscando vengarse, Odín le ofreció elevar los ojos de su padre a estrellas y casarse con un dios; pero lo más difícil era hacerla reír. Y Loki lo consiguió, atando el extremo de una cuerda a las barbas de una cabra y el otro a sus testículos; comenzaron cada uno a tirar por su lado y a chillar como locos, hasta que Loki cayó en el regazo de Skadi, haciéndola reír. Así Odín supo que el problema con la diosa estaba resuelto.

5. El nacimiento de Afrodita

Urano, hijo y esposo de Gea, a petición de ésta fue castrado por su hijo Cronos, una noche en que quería tener relaciones con Gea.

Cronos, con una hoz fabricada por la diosa, castró a Urano y arrojó los genitales de su padre al océano. Al contacto con ellos, en el agua se formó una espuma blanca –el semen–, de donde surgió Afrodita.
De hecho, es la diosa del amor y la reproducción, y está asociada al mar. Su nombre griego se relacionaba con aphrós, espuma, “salida de la espuma”, aludiendo al mito de Cronos y Urano.

6. Príapo, el de la erección permanente

Aunque no es desconocido, Príapo no es frecuentemente nombrado en las historias de dioses mitológicos. Era un dios griego, según unas versiones, hijo de Afrodita y Adonis, según otras de Afrodita y Dioniso, y otras fuentes indican que fue hijo de Dioniso y una náyade. Y anda con una poderosa y permanente erección, y le dio el nombre a esta enfermedad masculina, priapismo.

Esto se debió a una maldición de Hera, decepcionada con la conducta veleidosa de Afrodita. La tocó y su magia provocó que la diosa del amor diese a luz un hijo increíblemente feo y con unos genitales extremadamente grandes.
De hecho, así se le representa, un hombre muy feo con un falo enorme. Es un dios puramente fálico, protector de los rebaños de ovejas y cabras, de los productos del huerto, del vino, de las abejas y hasta de la pesca.

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