Cada ser vivo es producto de millones de años de evolución. Un ensayo y error continuo que ha derivado en que para realizar una misma función, existan cientos de maneras distintas de hacerlo.
Uno de los comportamientos donde más diferencias podemos encontrar es a la hora de obtener alimento. Los carnívoros son los que se llevan la palma en este aspecto. Cuando eres un animal rápido y veloz la cosa es relativamente sencilla pero ¿qué pasa cuando te mueves a la velocidad de una lapa?.
La naturaleza se ocupa de proporcionarte las presas adecuadas y el sistema de caza más efectivo. Este es el caso de la familia de las nudibranchias. Estos moluscos no son especialmente rápidos en sus movimientos, pero lo suplen con una técnica muy depurada.
La protagonista del siguiente vídeo es una melibe leonina, más conocida como nudibranchia encapuchada. Este animal se alimenta de pequeños moluscos y para cazarlos extiende lo que podríamos considerar una cabeza de forma bastante extraña. Al ensancharse los filamentos de los bordes, recogen pequeños crustáceos como el plancton y los transportan hasta su sistema digestivo.
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