¿Por qué la gente creativa tiende a suicidarse? ¿Es la fama la que acaba destruyendo al artista? Robin Williams no estaba solo: Jim Carrey, Catherine Zeta-Jones o Mel Gibson reconocieron recientemente que sufren depresión, ya sea asociada o no al consumo de drogas y alcohol.
Muchos son los que convirtieron su nombre en mito de forma prematura: Marilyn Monroe, Kurt Cobain, Amy Winehouse… Y otros muchos los que lo intentaron: Katy Perry, Angelina Jolie, Natalie Portman… Listas interminables de gente insatisfecha buscando la felicidad que el dinero y la fama no les dan. La presión constante y el miedo al fracaso y al olvido provoca en muchos casos que pierdan el control de sí mismos. Y eso ocurre en muchos de los artistas.
Para el doctor Michel Reynaud, jefe del departamento de psiquiatría y adicciones del hospital Paul Brousse (Villejuif, París), existe un vínculo directo entre talento creativo, depresión y adicciones. “Los artistas son a menudo gente más sensible, que siente más fuerte las emociones. Eso genera escritores, poetas, músicos, actores de gran calidad, pero detrás hay a menudo personas ansiosas, deprimidas, angustiadas o bipolares”, afirma. Esa sensibilidad que los hace especiales es la misma que les complica el camino y los lleva a matarse. Vivos o no, admiro a toda esa gente sensible y creativa, a todos esos genios y artistas, seres sensibles a menudo incomprendidos a los que su obra mantendrá siempre vivos.
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