En un estudio recientemente publicado en el Journal of Psychophysiology, un equipo de investigadores de las universidades de California, en Davis, y de Arizona, ha evidenciado que en los enamorados se dan fenómenos fisiológicos simultáneos. Para demostrarlo, realizaron un experimento con parejas cuyos miembros mantenían una relación sentimental. Las instrucciones eran sencillas: las dos personas tenían que sentarse relajadas y esperar a que se les midiera la temperatura, la presión arterial y otras constantes vitales. Después, se evaluaron las mismas variables mezclando a los voluntarios, de forma que no coincidieran con su pareja. El resultado fue que al menos dos de esas medidas tendían a acompasarse, pero solo cuando las dos partes del dúo tenían un vínculo amoroso. Por ejemplo, no ocurría si se trataba de dos desconocidos situados uno cerca del otro.
Según estos expertos, lo primero que empieza a funcionar a la vez es la frecuencia respiratoria, esto es, el tiempo de inhalación y exhalación resulta similar. Lo mismo ocurre con el ritmo cardiaco, lo que, en esencia, hace cierta la creencia popular de que los corazones laten a la vez cuando están unidos por lazos amorosos.
El psicólogo Emilio Ferrer, que ha participado en el estudio, indica que existen razones adaptativas que explican la acomodación de variables fisiológicas. La vida en pareja exige que dos individuos se sincronicen lo más posible en ritmos de vida, metas, ocio, aficiones, periodos de sueño, alimentación... Que el corazón lata al mismo tiempo podría entenderse como una base para encontrar formas de mejorar la vida en común.
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