Los tiempos, costumbres y creencias es un hecho que van cambiando. Hasta hace unos años, para muy pocos la cremación estaba permitida. Eran muy pocos los que podían recurrir a ella sin ir en contra de su religión, convirtiendo su cuerpo de carne y hueso en cenizas. Hoy en día, la incineración no está a la orden del día, pero sí que es una práctica mucho más extendida de lo que podrías imaginar, aunque aún se conoce muy poco sobre ella. Por eso, desde enteratedealgo queremos revelarte lo que realmente le ocurre a tu cuerpo al quemarlo.
¿Cómo es el proceso de cremación?
Preparación del cuerpo
El cuerpo debe ser preparado para la cremación. Todos los dispositivos médicos metálicos (marcapasos, empastes, tornillos…) deben ser retirados, ya que no serán quemados por el fuego.
También se revisa que el cuerpo no tenga ningún implante y se retiran todas las piezas de valor, que serían destruidas por el calor y las llamas, junto con los piercings.
El cuerpo entra en el infierno
La cámara de cremación alcanza temperaturas entre 750ºC y 1.000ºC y está forrada con un ladrillo industrial capaz de soportar las altas temperaturas. En la cámara solo puede entrar un cuerpo, está más que prohibido quemar más de un cuerpo al mismo tiempo.
Solamente se sabe de un caso, donde una madre murió junto con su hijo en el parto, donde los restos fueron quemados juntos por petición del padre.
El cuerpo se introduce en la cámara de cremación dentro del ataúd combustible. La puerta solo se abre para introducir el cuerpo, con ello se consigue perder el mínimo calor interior posible. Al principio, los crematorios eran alimentados por carbón pero actualmente se alimentan de diesel, gas natural o propano.
Las llamas y el calor extremo hacen su trabajo
Primero el cuerpo y ataúd son expuestos a columnas de fuego. El ataúd arde primero, junto con el cuerpo, que evapora todo el agua restante. Lo primero en arder es el pelo y piel, seguido de los músculos, que se contraen para después ser carbonizados. Los tejidos blandos se convierten en polvo mientras que los huesos se carbonizan.
Llegados a este momento, el cuerpo se ha reducido a huesos, los cuales han de ser rotos manualmente por alguien con una herramienta que se asemeja a una azada. Todo el proceso dura unas 2 y 3 horas, dependiendo del tamaño y peso del difunto, el tipo de ataúd y la temperatura media de la cámara de cremación.
Se deja enfriar las cenizas
El cuerpo ha sido reducido a trozos de hueso y polvo. Una vez se ha enfriado adecuadamente, son arrastrados sobre una bandeja imantada para retirar cualquier resto metálico que pudiera permanecer, tales como tornillos quirúrgicos.
Todo tiene que ser cenizas
Lo único que queda con cuerpo son los huesos, por lo que es hora de meterlos en una máquina que se encarga, gracias a múltiples cuchillas de alta resistencia, en transformar los huesos en polvo, como el resto del cuerpo.
La cremación no es un proceso desconocido para nadie, pero siempre está rodeado de mitos y relatos ficticios que hacen que muchos sean reacios a dejar a sus seres queridos experimentar el proceso.
Mitos y verdades sobre el proceso de cremación
“Estas cenizas no son las de mi padre“
El primer paso en el largo proceso de cremación de un cuerpo es el papeleo. La cremación no es reversible, así que antes de empezar hay que asegurarse que todo está en orden. Primero se necesita un certificado de defunción y el permiso del forense, ya que una vez reducido a cenizas, cualquier prueba habrá sido eliminada.
En la mayoría de países hay que esperar entre 24-48 horas para la cremación, con el fin de asegurar que el cuerpo este bien y la causa de la muerte se haya confirmado.
“No hay funeral“
Antes de la cremación el cuerpo del difunto, dentro se su ataúd, está disponible para que familiares y seres queridos lo velen así como celebren un servicio religioso o secular. La única diferencia es que al final, no se entierra.
“Un miembro de la familia tiene que ser testigo del proceso“
La familia puede estar presente en la incineración, incluso algunos quieren ser los que pulsen el botón que da inicio al proceso, pero, evidentemente, sin ser una obligación. Todos los papeles con comprobados por duplicado evitar que ocurra cualquier tipo de error.
“Cualquier iglesia tiene un crematorio“
La cámara de cremación es una máquina que requiere mucha potencia y un estricto control de calidad y emisión de residuos. Es habitual encontrarla en cementerios, funerarias y alguna capilla que otra, pero el proceso es mucho más complicado que arrojar el cuerpo a una pila de fuego.
“¿No sirve cualquier ataúd?“
Los ataúdes para cremación son una variedad especifica de este producto. Es necesario que estén totalmente construidos en materiales inflamables como madera o bambú y sin ningún adorno metálico. Muchos alquilan un ataúd para el servicio y después queman los restos del difunto con uno “más simple”.
“Mejor no respirar cerca de un crematorio, el aire está contaminado“
Es probable que, el aire alrededor de un crematorio sea mucho más limpio que el del centro de la ciudad. Los crematorios tienen unos estrictos controles para la eliminación de los residuos gaseosos que se producen en el proceso de cremación. La polución no es un problema a su alrededor.
“¿Qué hago con las cenizas?“
Los familiares son los que han de tomar la decisión sobre lo que quieren hacer con los restos de sus seres queridos. Cada país tiene sus restricciones, especialmente con aquellos que quieres esparcir las cenizas, pero en general, la última palabra la tiene la familia.
¿Prefieres cremación o entierro? ¿Dónde te gustaría que pusieran tus cenizas?
¡No olvides COMPARTIR este artículo con todos los que estén reacios a la cremación para que sepan cuál es la verdad
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