Muchas mujeres, cuando follamos, se preguntan si lo están haciendo bien, o lo que es peor, nos lo preguntan a nosotros y nos cortan el rollo, así, gratuitamente. Así que, si lo que queréis es poder decir eso de “follo que te cagas, y lo sabes”, tenéis que estar atentas a las siguientes señales:
Si no quiere ponerse encima…
Cuando estás dándolo todo como si estuvieras en un toro mecánico, si él no quiere cambiarse, no es que él sea un puto vago (que también), es que lo estás haciendo de puta madre.
Parece como si se hubiera electrocutado
Se queda dormido inmediatamente después
Lo has matado. Eres una viciosa y perversa máquina del sexo.
Se convierte en tu esclavo sumiso
Si el chico en cuestión obedece a todos tus deseos, dedícate al BDSM, que eres buena.
Él explota y no lo puedes controlar
Quiere repetir enseguida
Si le has puesto las pilas al conejito de duracel, ya sabes lo que toca: “No pares sigue, sigue…”.
Quiere que te quedes a dormir
Si quiere que durmáis juntos, es que eres buena; si hace contigo la cucharita, es que eres la diosa de la lujuria y el sexo.
Cuando el lobo se convierte en un corderito
Si ese chico que era un chulo de mierda después de ‘x’ asaltos se ha convertido en la versión más asquerosa del oso amoroso, en la cama lo haces bien no, lo siguiente.
Te vuelve a llamar
Si un hombre se lo ha pasado bien, siempre volverá a llamar. Esto es como los restaurantes, siempre vuelves donde te han dado bien de comer.
Te dice “te quiero”
Si es la primera vez que folláis y ya te dice te quiero, llama a las compañías porno, que eres la nueva Lucía Lapiedra.
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