Un hombre llega a una posada y le pregunta al administrador si tiene un cuarto para pasar la noche.
Este le responde que solo tiene un cuarto en el tercer piso junto al cuarto de su hija, y se lo ofrece,
no sin antes advertirle que si le pasaba algo a su hija, le aplicaría los 3 castigos chinos.
El hombre le asegura que no va a pasar nada y acepta el cuarto. A la hora de la cena, baja por la escalera
una Chinita de unos 16 años de edad, muy guapa y sensual. Durante toda la cena la Chinita no deja
de mirar al hombre y éste no podía de dejar de pensar en lo que le había dicho el anciano.
Por la noche, la tentación fue demasiado fuerte para el hombre y éste pasó mucho, pero que mucho
tiempo con la Chinita…
Cansado volvió a su cuarto a descansar y se durmió.
A la mañana siguiente, amaneció con una roca inmensa encima de su cuerpo
con un papel que decía:
“*Plimel castigo chino*: loca encima de cuelpo”.
El hombre piensa que si eso era lo peor que podía hacer el pobre anciano no iba a haber mayores
problemas,
se levanta, carga la roca y la tira por la ventana.
Al tirar la roca por la ventana ve otro papel en el marco de la ventana que decía:
“¡*Segundo castigo chino*: loca amalada a bola delecha”.
El hombre al ver que la cuerda ya estaba llegando al punto en que más se estiraría, no se lo piensa 2
veces y se tira por la ventana, mejor un par de huesos rotos que una bola menos.
Cuando a cayendo por el segundo piso, lee un gran cartel en el piso que decía:
“*TelceL castigo chino*: ¡bola izquielda amalada a pata de cama”.
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