En la comunidad de Bulandshahr, India, una furiosa turba de hombre acudió al castigo público que una mujer recibió por haber engañado a su esposo. El hombre, de nombre Saudan, descubrió que se había ido a vivir con su amante y la convenció de volver a casa asegurándole que todo estaría perdonado. Pero una vez que ella regresó, no se imaginaba la tortura que le esperaba.
Su esposo la ató con las manos en alto a un árbol del que quedó suspendida.
Los ancianos del pueblo y otros hombres se habían reunido para contemplar el castigo, que consistió en recibir 100 latigazos con un cinturón de cuero.
Cuando la pobre se desmayó de dolor, estos hombres quisieron aprovechar para violarla.
Por suerte recuperó la consciencia y pudo marcharse a casa para recuperarse, después de “haber aprendido la lección”.
A pesar de que la amenazaron con no denunciar, ella ha acudido con la policía y ahora hay una investigación en curso contra su marido por violencia de género.
¿Hasta cuándo tendremos que seguir escuchando de actos tan vergonzosos como este?
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