sábado, 8 de abril de 2017

La risa fue la cura para esta bebé agonizante ¡ni su familia ni los médicos podían creerlo!

A pesar de que los avances médicos son sorprendentes, algunos problemas graves durante el embarazo, aún no se pueden resolver y los padres viven momentos de mucho dolor a causa de la salud de sus pequeños.

Tal fue el caso de la familia Smith. Poppy es una bebé que nació prematuramente, pasó sus primeros meses de vida en cuidados neonatales. Desde su nacimiento, los médicos le detectaron el Síndrome de Mebius, el cual afecta el desarrollo de los músculos faciales, dificulta el habla y la alimentación. A pesar de dicho diagnóstico, Poppy salió adelante.

“Dijeron que tal vez no caminaría ni hablaría, pero comenzó a caminar a los 15 meses de edad, que está dentro del promedio para una bebé prematura. Fue sorprendente verla hacer todas esas cosas. Logramos que dejara el tubo de alimentación para su primer cumpleaños, y durante todo el 2016 ella sólo mejoraba día con día”, comentó Stephen Smithel, papá de Poppy.
Con esos pequeños, pero a la vez grandes avances en el desarrollo de Poppy, su familia comenzaba a ilusionarse al ver el alentador panorama, pues su bebé podría crecer como cualquier otra niña. Sin embargo, poco antes de su cumpleaños número dos, la mamá de Poppy la encontró en su habitación con problemas para respirar.

Una vez en el hospital, los médicos encontraron que sus pulmones estaban llenos de líquido y descubrieron un severo daño cerebral; su estado empeoraba rápidamente, nadie tenía la seguridad de si ella podría seguir viviendo.

Para sorpresa de todos, Poppy se recuperó sin secuelas considerables.
En navidad, la familia Smith visitó a su bebé en la Unidad de Cuidados Intensivos. En ese momento, la hermana mayor de Poppy decidió darle unas adorables “trompetillas” a su abdomen; de pronto, Poppy río.
A partir de ese momento, la niña comenzó a sonreír y a mostrar notables mejorías. Nadie podía explicar tal milagro.
Dos meses después, Poppy pudo volver a casa para gatear, balbucear y darle mucha alegría a sus papás. Las ganas de vivir de esta bebé han sorprendido a todos y una vez más, rompió los pronósticos de los médicos.

La familia Smith sigue con la ilusión de poder ver a su bebé recuperarse rápidamente, y es que, después del “milagro navideño”, ellos no pierden la motivación y la alegría de tener a su bebé en casa. Todos creen que Poppy, quien ha luchado por vivir, podrá estar con ellos muchos años más.

¿Habías escuchado un milagro así?

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