El pasado 15 de abril, el mundo se encontraba a la expectativa, luego de que Estados Unidos anunciará que enviaría su flota nuclear hacia Corea del Norte, ante la amenaza de un misil nuclear liberado desde Pyongyang. La amenaza no era para menos. Dicha fecha llevaba a cabo la celebración de un gran festival, con motivo del 105 aniversario de Kim Il-sung, fundador del régimen actual norcoreano.
Harry Harris, almirante estadounidense, anunció la salida del portaviones Carl Vinson, más 60 aeronaves y 6,000 soldados hacia la península de su país rival, en un claro intentó de disuasión. Esto ocurrió un 8 de abril, solo dos días después de liberar un nuevo ataque en Siria contra ISIS. Para el 11 de abril, Mattis, teniente general, confirmó las órdenes presidenciales de dirigir su armada hacia la nación de Kim Jong-un, para espanto de muchos.
Excepto que la flora nunca llegó a Corea del Norte.
En lugar de eso, el portaviones se desvío 5.600 kilómetros con destino en Australia, donde estuvo participando en maniobras conjuntas con el ejército naval auastraliano.
Las fotografías de la marina estadounidense, atravesando el Estrecho de la Sonda, causaron gran escándalo internacional.
Se dijo que dicha operación estaba ya programada y que por otra parte, Estados Unidos le concedía más tiempo a China para ejercer presión sobre Corea del Norte.
Se supone que para la siguiente semana, la flota estadounidense finalmente arribará en los límites norcoreanos.
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