Advertencia: este es un artículo de humor. Sabemos que las suegras son un colectivo, por lo general, bastante demostrado socialmente; no pretendemos ofender a ninguna suegra con este escrito.
No obstante, hay que reconocer que en ocasiones se ganan a pulso la mala fama que arrastran: pueden ser rencorosas, entrometidas, sarcásticas, chismosas y bordes. Pero, al fin y al cabo, esas son sus señas de identidad; si no fuera así, ya no serían suegras, ¿no?
Seguro que tienes experiencia teniendo que lidiar con suegras. La de veces que te habrás tenido que morder la lengua y poner buena cara ante situaciones exasperantes y comentarios odiosos, cuando en lugar de eso lo que te hubiera gustado decir es lo siguiente:
¿Quieres que te ponga un poco más?
Lo has conseguido. Estás en la típica cena familiar en casa de tu pareja, y haciendo un esfuerzo titánico por dominar las nauseas, te has acabado toda la ración de verdura que tu suegra te ha puesto en el plato. O de ese potaje hiper-calórico que no se comería ni tu perro. Entonces ella te pregunta: “¿Te pongo más?”, y tú dices aquello de “¡No, no, esta buenísimo, pero ya no puedo más!”. En realidad, lo que te gustaría decirle es lo siguiente: “No, por favor, esta comida es una mierda” o “Si sigo comiendo, me va a explotar el culo”.
¡Me harías un favor tan grande si me acercaras en coche…!
A menudo las suegras ven en sus yernos y nueras a una especie de chofer: saben que con tal de complacerlas las llevarás en tu coche hasta el fin del mundo. Así que a veces no se cortan en pedirte que las lleves a por unos resultados al médico, a arreglar trámites burocráticos o, simplemente, al centro comercial para comprarse ropa. Tú aceptarás con una sonrisa forzosa, pero estarás pensando: “Señora, coja un taxi dirección al infierno y déjeme en paz”.
¿Y tú cuánto ganas?
Las suegras, igual que cualquier otro mamífero que se precie, ponen todos sus sentidos alerta para procurar el bienestar de sus cachorros. Así que continuamente querrán saber si tienes trabajo, cuánto cobras, qué expectativas tienes en la vida… En definitiva, si podrás darle el confort deseado a sus queridas crías cuando abandonen el nido. Cuando te apliquen el tercer grado en el interrogatorio típico, en el fondo tendrás ganas de decir: “Bastante quemado/a estoy ya de trabajar como un esclavo por un sueldo de mierda como para que encima usted me presione y me tire esas puyitas… y su hijo/a ya es grandecito/a para sacarse las castañas del fuego”.
Vale, pero, ¿y si me mola mi suegra?
Se han dado casos, sí. Aunque parezca difícil de creer, hay tíos que se sienten atraídos por su suegra. No es algo tan raro, sobre todo si se trata de mujeres que fueron madres siendo considerablemente jóvenes, y todavía, a pesar de ser suegras, siguen conservando buena parte del atractivo. Así que si eres tío y este es tu caso, lo mejor es tratar de llevarse el secreto a la tumba: tu suegra jamás debes saber que te mola, y tu pareja todavía menos. En caso de que eso ocurra, entonces irás a la tumba de forma prematura.
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